Saudade... há gente que fica na história da história da gente

As coisas vulgares que há na vida
Não deixam saudades
Só as lembranças que doem
Ou fazem sorrir

Regatas de dornas anos 50 gravadas por Leal Soto (Do Arquivo Social da Memoria de Vilagarcía)

sábado, 6 de septiembre de 2008

El Salón Varietés y Don Cirilo







Debió ser sobre la década de los años 10 cuando se inauguró este salón para las representaciones teatrales, musicales y finalmente, para las proyecciones cinematográfi­cas. También, en algunas ocasiones, se pusieron en escena cuadros teatrales de aficionados del Recreo Liceo, en una de las cuales destacó la actriz Joaquinita.


El edificio todavía se conserva hoy, si bien para otro uso muy distinto que para el que fue construido. En su fachada principal todavía se puede apreciar el nombre con el que se fundó "SALON VARIETES". En el interior, se accedía por un pequeño vestíbulo a un gran patio de butacas y un proscenio en la parte alta.


Los domingos y festivos sobre todo, se llenaba de público, mayoritariamente jóvenes y niños. Antes de comenzar la función, unos movian las tapas de madera de los asientos, organizando un gran estrépito, mientras otros comían naranjas y otros golosinas.


Aparecía entonces "DON CIRILO" dirigiéndose al piano, señal de que la función iba a iniciarse. El barullo aumentaba entonces, arreciando el envío, a este personaje bajito y menudo, de mondas y otros objetos arrojadizos, aunque el, imperturbable, seguía su camino esquivando los proyectiles, a pesar de que alguno daba en el blanco.


Iniciaba el programa este artista con varias piezas musicales a su piano, entre las que no podía faltar " Ven Cirila, Ven ", por cuyo nombre recibió el apodo de " Don Cirilo ".
Las películas en blanco y negro ( como seriales sudamericanos de hoy en día ), con letreros después de cada escena, y el piano de "Don Cirilo", componían las veladas del Salón.


Con un público tan alborotador, largando peladuras a sus vecinos, o llamando a voces a algún conocido, se pueden imaginar como quedaría aquel Salón después de una función....un campo de batalla.


En un apropósito de unos Carnavales de entonces, se cantaba una cancioncilla que decía:
" No Vilagarcía, e mais no Variétes,
con tanta pantalla, e non teñen retretes "....

A la entrada del edificio se ponían pequeños puestos en donde se vendían naranjas, castañas, golosinas..., sirviendo sus restos como proyectiles durante el espectáculo, y todo ello por un coste de 0`70 pesetas la butaca.


(Escrito hace unos años. Hoy ya no se conserva el edificio)

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