Saudade... há gente que fica na história da história da gente

As coisas vulgares que há na vida
Não deixam saudades
Só as lembranças que doem
Ou fazem sorrir

Regatas de dornas anos 50 gravadas por Leal Soto (Do Arquivo Social da Memoria de Vilagarcía)

viernes, 26 de diciembre de 2008

El Colegio de León XIII



Ingresé en este colegio donde estaba mi hermano Ramón cuando tenía seis o siete años. El colegío tenía dos clases: la de primaria y la de los alumnos de bachillerato. También había un local donde estaba Don Ramón, el farmacéutico, para los estudios especiales. El director era Don Ramón Núñez Búa (en la foto).

Los días buenos íbamos de excursión. A veces íbamos a Lobeira y al llegar a Cornazo Alto, nos soltaban para ver quién llegaba primero, que a veces era Vicentuco el de la Pureza, y otras veces era yo. También íbamos a Fontecarmoa por el Camino Real que iba hasta Cambados. Alguna vez fuimos en motora hasta la isla de Malveira, a la capilla de San Bartolomé.

Teníamos buenos profesores. En primaria estaba el señor Garrido y el señor Prada, que en el recreo me enseñó a saltar a la tijera alemana, y en bachillerato un señor de Ourense cuyo nombre no recuerdo. Actualmente llevo muy buena amistad con el hijo del señor Garrido, Daniel, y con alumnos de Quintela.

En este colegio aprendí lo poco que yo sé.

3 comentarios:

An dijo...

Como sería Fontecarmoa daqueela si en 38 anos vina camviar tanto. Saúdos e apertas

Pris Vidal dijo...

Chamome Priscila esotu a estudar na Universidade da Coruña. Teño que facer un traballo sobre o colexio de Cornazo e polo tanto de Agustín Romero...Se vostede ten alguna información que me poidese axudar agraderialle que se puxese en contacto comigo...Unha aperta

terebribe dijo...

Me ha encantado el blog de Bea, pero dentro de él, he disfrutado enormemente con el de tu padre
"Arlillo" Carlos Comendador.
Seguía todas sus publicaciones en
"Ondas de Arosa" y le saludaba siempre que le veía.
Ahora también le saludo, todavía lo he hecho hoy, pero me entristece
verlo como veo a mi padre, sentados en una silla, con los ojos abiertos pero la mirada perdida.

Arlillo nos ha dejado un hermoso legado,sepamos valorarlo como se merece.
Gracias Bea por compartirlo con todos los blogueros.
Un cariñoso saludo. Tere Briones